Historia
La Real Villa de Teguise es el núcleo del municipio y debido a su legado histórico ha sido declarada conjunto arquitectónico histórico-artístico.
Teguise fue capital de la isla de Lanzarote desde la primera mitad del siglo XV hasta 1852, cuando el testigo a Arrecife. Teguise, llamada la Gran Aldea o Acatife, toma su nombre en honor a la mujer de Maciot de Bethencourt, sobrino del conquistador normando Jean de Bethencourt. Teguise fue la hija del último rey indígena Guadarfía.
Teguise toma gran importancia por ser atalaya, lugar desde donde se puede otear las posibles incursiones piráticas, el aprovechamiento de los recursos hídricos, por que sus suelos eran aptos para la agricultura, su posición estratégica en el centro de la isla y la concentración del mayor número de población de la misma. Teguise fue considerado como el primer núcleo civil y urbano de Lanzarote.
El primer Marqués de Lanzarote nace en la Real Villa de Teguise, hacia el año 1536. Don Agustín de Herrera y Rojas, que así se llamaba, dirigió la evacuación de la Real Villa en 1586, cuando estaba siendo atacada por el pirata Morato Arráez. Mientras los piratas lo asolaban todo, la población se refugiaba en la Cueva de los Verdes. La casa de don Agustín de Herrera es uno de los edificios más antiguos del archipiélago y también uno de los más hermosos, caracterizado por tener unas gárgolas en una isla caracterizada por la sequía. Dos años después del ataque de Morato Arráez , don Agustín de Herrera quiso cumplir el testamento de Don Sancho de Herrera y de Castilla, y manda construir en su huerta de Famara un monasterio franciscano. Para esta obra delega en Argote de Molina, el cual observa el peligro de la construcción en dicha zona, ya que podía ser atacada fácilmente, y construye el monasterio de Santa Madre de Dios de Miraflores, en la Villa de Teguise, que posteriormente se llamará Convento de San Francisco.
Una nueva incursión berberisca destruye nuevamente la Villa en 1618. Su población también se ve mermada con la erupción del volcán de Timanfaya en 1730. Pero aún así , la Villa, logra resurgir y construir lugares de culto, como el Convento de Santo Domingo, el Hospital del Espíritu Santo y además, se citan ya en la Villa a la Ermita de la Veracruz, la Ermita de San Rafael y la de San José.
Otras edificaciones dignas de mencionar son: la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, fundada en la primera mitad del siglo XVI, Iglesia matriz de la isla de Lanzarote y donde se guardaron los más ricos tesoros de culto de la isla; el Castillo de Santa Bárbara, en la Montaña de Guanapay, reflejado en la documentación que el arquitecto Leonardo Torriani mostró al rey Felipe II y básico en la salvaguarda de la población; la Cilla de Diezmos y Primicias, construida en el Siglo XVII como granero del excedente y residencia del hacedor de rentas decimales a favor del clero; la Gran Mareta de Teguise, para proveer de agua a toda la isla, y el Teatro Manuela y esperanza Espínola, entre otros.
1. Plaza de la Constitución
2. Palacio Spínola
3. La Cilla
4. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe
5. Callejón de la Sangre
6. La Mareta
7. Ermita de la Veracruz
8. Casa Perdomo (Archivo Histórico de Teguise)
9. Convento de Santo Domingo (Iglesia de San Juan de Dios y San Francisco de Paula)
10. Casa Consistorial
11. La Casa Castillo
12. Casa Spínola
13. Casa Museo Marqués de Herrera y Rojas
14. Convento de San Francisco (Iglesia de la Madre de Dios de Miraflores)
15. Palacio del Marqués
16. Teatro Municipal
17. Molino
18. Castillo de Santa Bárbara (Guanapay)