Senderismo
La naturaleza volcánica de Lanzarote imprime un sello mágico a la isla que hace las delicias de senderistas y excursionistas. Su compleja geografía permite cubrir recorridos entre cráteres inactivos, barrancos y parques naturales, todo ello, a los pies del Océano Atlántico.
La isla de Lanzarote fue declarada por la UNESCO en 1993 Reserva de la Biosfera y, algo más del 40 por ciento de la superficie total de la isla y del Archipiélago Chinijo, es espacio natural protegido.
En el Archipiélago Chinijo, es la isla de La Graciosa la que más encantos posee para los que quieran practicar el trekking. En ella no conocen el asfalto y sus caminos de tierra son ideales para recorridos a pie. Merece la pena subir la falda color mostaza de la peculiar Montaña Amarilla y buscar el descanso en algunas de las numerosas calas vírgenes.
Si no te atreves por tu cuenta, en Teguise hay varias empresas especializadas en turismo activo que organizan excursiones con varios grados de dificultad y guías multilingüe.