Callejón de la Sangre
Ubicado al nordeste de la iglesia parroquial, era un paso natural de las aguas que discurrían por el barranco de Miraflores hacia la Mareta. Debe su actual nombre a la violenta incursión norteafricana de Calafat, en septiembre de 1569, que ocasionó saqueos, incendios y secuestros. Aunque en muchos lugares estas escenas no se pudieron evitar, en este callejón se repelió la invasión, dándose una victoria por parte del vecindario de la Villa de Teguise.